En LAZO cumplimos un año, pero cómo íbamos a saber que sería tan agitado. Es cierto que la creación de una empresa siempre conlleva en sus primeros años una gran dificultad, riesgo, dedicación y mucho aprendizaje. Pero quién nos iba a decir que íbamos a terminar nuestro primer año con una pandemia mundial. Sin duda, así, el camino es mucho más apasionante
Ha sido el mejor comienzo que podíamos esperar. Un año en el que hemos conseguido nuestro principal objetivo, disfrutar con cada uno de los proyectos y ofrecer un servicio a nuestros clientes en el que confiamos plenamente. Empezamos siendo pocos, tanto en el equipo de LAZO como en el número de clientes, y hemos ido creciendo poco a poco, aprendido de cada uno de nosotros.
Por eso queremos dar las gracias a cada una de las empresas y personas que han confiado en nosotros, porque sin esa confianza no hubiésemos podido demostrar por qué empezamos este proyecto.
Nos queda la batalla final, la guerra del coronavirus. Hemos llegado fuertes, y aunque “nos creamos inmunes, hasta pasados un par de meses no podremos realmente confirmarlo”. Lo tomamos como parte del aprendizaje, como una alerta para no relajarnos y como un impulso para acelerar procesos que ya habíamos iniciado antes de la crisis y mejorarán nuestro crecimiento.
Podemos decir que empezamos un nuevo año, completamente distinto al que empezamos un año atrás. Este ritmo si que es frenético.